Necesito encontrar la forma de explicarle a mi corazón que mi cerebro lo está engañando. Que le robo un sentimiento que le pertenecía a él y no lo piensa devolver por el momento. Tengo que hallar las palabras menos dolorosas y contarle con cuidado como son las cosas, los doctores recetan precaución con las emociones fuertes para la gente con problemas cardíacos, yo no quiero esperar a estar enferma para empezar a tratarlo con respeto. También es una certeza, que sino le cuento esto, cuando se entere todo va a converger en un pinchazo en mi pecho.
No hay excusa para no hablar ahora, salvo el hecho de saber que mi corazón es muy chismoso y ni bien se entere, se lo va a contar a todo mi cuerpo. Y yo, yo nose si tengo ganas que todo mi cuerpo se entere de eso. Quizás mientras está en mi cabeza, el sentimiento se siente más cómodo, acurrucado en millones de otros pensamientos que rondan por ahi. Camuflándose entre recuerdos y asignaturas pendientes. Creo que en mi corazón se sentía un poco solo, no le caía bien a los otros habitantes y viceversa. Asique tenía un espacio bastante grande solamente para él, pero le molestaba que cada paso que daba hiciese eco en el vacío.
Una noche sin que nadie lo viera se fue del corazón a un barrio a mayor altura, un par de neuronas que se cruzó por ahi le pasaron una dirección, camino y camino hasta que encontró un edificio que le gusto y allí se instaló. Sus antiguos vecinos todavia no se enteraron pero es seguro que la noticia no va a ser de su agrado. ¿Qué otra opción tengo más que guardarle el secreto?, ¿Y qué le digo a mi corazón para hacerle entender que amor no se sentia cómodo en él, sin herirlo y sin mentirle? Ahora amor se cambió hasta la identidad y cuando transita por las calles del cerebelo se hace llamar obsesión. Pero bajo el nuevo look y detrás del nombre, sigue siendo el mismo.
