So far away

En remotos pueblos perdidos entre las montañas vecinas a la Cordillera de los Andes, viven personas con miles de historias que contar, las cuales se anudan en sus lenguas con el paso del tiempo y hacen eco entre los valles al ser contadas al viento. Sus pieles no son tersas, están curtidas y agrietadas fruto del trabajo de toda una vida. Le temen a los inviernos, y es que vos también les temerias si en sus manos estuviera el futuro de tu alimento y tu trabajo, pero por más temor que le tengan, no se acobardan, y es que ya son años soportando la rudeza de la naturaleza.

Es una relación de dependencia, ella les da...pero tambien les quita. Enfermiza podemos llamarla. 

Seguro tu no aguantarías más de unos pocos dias, aislado del mundo y sin tus comodidades de la gran ciudad, pero te digo que se puede. Y es que cuando estas sumido en la vorágine de tu vida, esta pierde sentido.. es solo un camino que se recorre sin razón. Desconectarte, irte lejos, empaparte de otras realidades in imaginadas, eso te ayudará a reencontrarte a vos mismo, a repensar tu dirección, a pararte con una mirada distinta en el mundo. El aire de las montañas purifica tus pulmones y te purifica la cabeza, aunque claro primero debes acostumbrarte a respirar a tres mil metros del nivel del mar.